La ciudad de Pittsburgh puede ser un lugar pequeño pero tiene todos los atractivos de una ciudad mucho más grande y algo más. El enfoque de esta urbe hacia la educación se traduce en museos de primera clase y un estilo de vida cultural vibrante, junto con un montón de cosas divertidas qué hacer, muchas de las cuales si no son baratas, son gratis.
Simplemente caminar por los barrios históricos y la comparación de mansiones victorianas puede ser una emoción o dar un paseo en la pendiente (un teleférico o funicular) hasta el Monte Washington, que para algunos es un viaje normal, pero puede ser una cosa emocionante para los visitantes, toda una experiencia.
Antes de llegar se recomienda hacer un itinerario, o por lo menos una lista, con las opciones de los museos y los puentes, así como los deportes profesionales y restaurantes para que la visita sea un poco menos abrumadora (en el buen sentido).
Tenga en cuenta que la mayoría de las atracciones se encuentran en la confluencia de los tres ríos que cruzan la ciudad, usted puede planificar varias atracciones durante el día y tendrá la garantía de decir recordar las palabras de Mae West, “algo demasiado bueno puede ser maravilloso”.
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