Nada mejor que desconectar en un fantástico balneario. La Península Ibérica goza de balnearios de distinto tamaño, auténticos templos de placer y bienestar.
Para este puente de la purísima en diciembre, una escapada para desconectar nos llevará a un balneario, tanto urbano como los que podemos encontrar en la montaña, en plena naturaleza.
¿Qué podemos encontrar en un balneario? Infinidad de servicios y tratamientos adaptados a diferentes edades. Para catalogarse como balneario, estos centros deben tener piscinas de diferentes temperaturas climatológicas, saunas, duchas, zonas de relax y zonas para realizar masajes. Pero, actualmente, las posibilidades aumentan de forma considerable para ofrecer experiencias completas de relax.
El lugar debe invitar a este bienestar. De manera que el diseño y las instalaciones están muy cuidadas, con una arquitectura diferente, para soñar despierto. La música, el olor, los colores… todo ayuda para desconectar.
Además, las duchas de diferentes tipos abren paso a las saunas, a los pediluvios y otros recorridos termales que puedes ser para una o dos personas. Así, contamos con una escapada romántica para dos con el fin de comprartir momentos especiales.
¿Una masaje? Los balnearios actuales son completos. Los masajes orientales son la última moda, de manera que el visitante podrá beneficiarse de un masaje más sencillo de espalda, de uno facial, de uno podal y hasta de chocolaterapia.
Entre los orientales, el shiatsu es muy reclamado al ofrecer toda clase de beneficios para mente y cuerpo. El mismo balneario puede ofrecer tratamientos de estética y belleza, aunque no es estrictamente necesario.
Pero cada vez son más demandados por mujeres que buscan algo más, además de relajarse en aguas termales. Para obtener una piel más lisa, tersa y joven, los tratamientos con oro, caviar, uva… son excepcionales. Completan esta experiencia y hacen sentir al visitante como único.
Tras completar un circuito termal, un masaje y un tratamiento facial, el balneario ofrece una zona para desconectar. Suelen darnos un té o un zumo natural para descansar y dejar atrás los tratamientos que nos acaban de realizar. Muchos balnearios suelen incluir, además, lugares para dormir y alojarse. Esto permite seguir con los tratamientos para piel, cuerpo o mente durante más días.
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