Portugal es uno de los países que forma parte de la Península Ibérica, siendo España otro de ellos. Es el país más occidental de Europa continental y posee un clima mediterráneo. Lisboa es su capital. Y es sin duda el punto de inicio de los viajes portugueses en el mundo, lo que lo hace uno de los fantásticos puertos del mundo. El terremoto de 1755 destruyó el centro de la ciudad, pero fue reconstruido dentro de un diseño clásico. Los locales adyacentes que sobrevivieron son notables tiendas, cafés y restaurantes.
Muchos fotógrafos y cineastas se sienten atraídos por Lisboa como consecuencia de su extraordinario brío con la imagen multicolor que refleja una atmósfera sin igual. La cultura de Lisboa se ve reflejada en todo el país, de forma diferente y dinámica. Contando con un museo subterráneo que exhibe el arte portugués contemporáneo.
La Torre de Belém, declarado como patrimonio mundial por la UNESCO, es una evidencia de una arquitectura manuelina. Otro lugar declarado patrimonio mundial por la UNESCO es el Monasterio de Batalha el cual es un verdadero ejemplo de la arquitectura gótica. La arquitectura civil románica también influyo en su cultura y puede ser encarnado por la Iglesia Almacave.
La cocina portuguesa es muy diversa también. El bacalao seco parece ser una necesidad en cada comida, y hay cientos de recetas hechas en base a este ingrediente. Y sus vinos han ganado renombre en el mercado mundial actual.
Fado es el tipo de música portuguesa más conocido, que cubre una amplia gama de géneros.
Ahora, yendo hacia el norte del país está Guimarães, cuna de Portugal en miras a ser una nación. Cerca de límite con España se encuentra la colección al aire libre más grande de pinturas rupestres del Paleolítico en el mundo, y de nuevo se trata de un patrimonio de la humanidad.
Fuera de la Península Ibérica están dos sistemas de islas que Portugal posee, Madeira y las Islas Azores. Las nueve islas de origen volcánico de las Azores ofrecen una visión atractiva, con sus prados verdes lujosos que se dejan distinguir del azul del mar y las formaciones volcánicas. Cerca de Madeira está otro santuario virgen de playas cálidas y mar en calma, justamente ideal para aliviar las tensiones.
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