Los deportes de aventura se han convertido en una de las bazas más fuertes de nuestro turismo, ya que además de ser actividades originales y estimulantes se suelen desarrollar en entornos y parajes de gran belleza. Una de las actividades más solicitadas hoy en día es saltar en paracaídas, una práctica no apta para cardíacos.

El paracaidismo es uno de los deportes de riesgo más atractivos y excitantes, una gran opción para dejar de lado la monotonía y vivir experiencias únicas. El paracaidismo no consiste simplemente en saltar de un avión y abrir un paracaídas, son muchas las modalidades que existen y que podemos practicar. Una de las modalidades de paracaidismo más divertida es el salto en grupo. En esta modalidad existe un jefe de saltos que se encarga de nuestra seguridad y de poner orden, puesto que son muchos los participantes y se necesita una buena planificación. En esta modalidad se pueden diferenciar caídas de gran velocidad y otras más relajadas en las que podremos realizar originales figuras en grupo en el aire. Algunas de las modalidades individuales más destacadas son, entre otras, el tándem, que es también una de las más seguras, ya que vamos sujetos a un instructor; los saltos especiales, saltos que se realizan por ejemplo de noche o a una altura poco convencional, la caída libre acelerada y el paracaidismo de estilo, cuya meta es que caigamos en un punto exacto en el suelo. Algunos de los requisitos necesarios para realizar este deporte son poner un especial cuidado en la seguridad, ser mayor de dieciséis años y poseer una óptima condición física y mental.

Alrededor del mundo existen auténticos paraísos para disfrutar al máximo del paracaidismo. En España, algunos de los centros paracaidistas más importantes son el Skydive Lillo, que se halla en ciudades como Madrid, Toledo y Ciudad Real entre otras, el Centro de Vuelo de Monflorite, en Huesca, y el Centro de Velocidad Vertical en la Costa Brava.