Una de las ciudades con una cultura muy marcada, que divide, a la vez que es un puente entre dos regiones de la costa este de Estados Unidos es Pittsburgh, Pensilvania, a sólo dos horas y media de Cleveland, Ohio.
Hace mucho tiempo Pittsburgh, la ciudad cosmopolita del acero, fue rechazada como destino de los viajeros, porque se le asociaba a la contaminación y oxidación, pero en los últimos 30 años ha demostrado que tiene mucho más que el acero, y sólo necesita dar un paseo por el túnel Fort Pitt para que se convenza de ello.
El túnel, que es la mejor manera de llegar al centro del Aeropuerto Internacional de Pittsburg, se extiende debajo del Monte Washington (antes conocido como la Colina del Carbón), pero de pronto, ya fuera de la oscuridad del túnel sobre el río Monongahela se contempla una pintoresca ciudad, llena de colinas y caminos sinuosos.
Pittsburgh es de un tamaño moderado y elegantemente adornado por sus famosos tres ríos: Monongahela, Allegheny y Ohio. Actualmente la ciudad sirve como sede a las 500 compañías con más fortuna, además de las legendarias familias pudientes estadounidenses. Pittsburgh no sólo tiene el dinero como combustible de su desarrollo sino que también cuenta con zonas de preservación histórica y un alto nivel en artes.
El molino de acero fue nombrado una de las mejores ciudades para vivir en Estados Unidos, pues logró escapar de la reciente recesión, que prácticamente la dejó ilesa en materia de desempleo.
Como visitantes, en Pittsburg lo encontrará todo, porque lo tiene todo, arte, comida, deportes, compras, vida nocturna y fabulosos hoteles, sin que los precios sean una molestia, es más uno de los grandes atractivos de este lugar es que aún se respira el temple de su pasado obrero que le da la bienvenida con la calidez de su corazón.
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