Escapada de primavera y verano a Roma

En tu escapada de primavera o de verano a Italia, la ciudad de Roma es quizá, de todas las ciudades del país, la que ejercerá en tí una mayor fascinación. Porque Roma es a la vez una ciudad moderna y viva y, por otro lado, una auténtica reliquia del pasado más glorioso, de un imperio que cambió el mundo de la época.
Podemos pasar un mes en Roma y únicamente habremos conocido una pequeña parte de lo que contiene en su interior. Porque toda la ciudad, como lugar histórico es bastante especial y como ciudad contemporánea es totalmente excepcional. No quiero decir que Roma sea demasiado espectacular para poderla conocer en una escapada de fin de semana largo, ya que, aunque lógicamente no podremos hacerlo en profundidad, sí es un tiempo suficiente para que nos llevemos un recuerdo grato de sus calles, de sus gentes y de sus impresionantes monumentos históricos.
Una buena idea es, durante nuestra escapada, dejarnos sorprender por la casualidad, toparnos con la sorpresa continuamente e irnos creando poco a poco una sensación de conjunto en lugar de prepararnos una ruta predeterminada que siempre nos resultará más fría.
En Roma es difícil llegar a algún sitio muy rápido. A pesar del intento de prohibir los vehículos de motor por el centro de la ciudad, la congestión que a veces se forma, puede parecernos desesperante. Si recorremos la ciudad a pie, nos resultará fácil perdernos un poco por sus calles, pero merecerá la pena la experiencia.
Entre los monumentos que son obligados visitar en nuestra escapada están el Coliseo, el Foro y la colina del Palatino, entre otros. Sin embargo, en Roma encontraremos casi ininterrumpidamente multitud de monumentos de todo tipo, desde basílicas cristianas, palacios renacentistas, iglesias románicas, hasta llegar a las iglesias y fuentes de estilo barroco, que realmente es el estilo que quizá ha marcado más a la Roma actual.
Realmente, en Roma se reflejan en sus edificios estilos de todas las épocas históricas y se encuentran ubicados de forma abrumadora a veces. Existen iglesias medievales construidas sobre antiguas basílicas romanas, bloques modernos de apartamentos encima de palacios y casas de otros tiempos y que lucen fragmentos erosionados de columnas romanas, además de inscripciones y grabados de diferentes épocas. También, por otro lado, observaremos que las plazas y carreteras siguen hoy en día en la línea de los antiguos estadios y anfiteatros romanos.
Roma no tiene una vida nocturna tan intensa como la que podrás encontrar en París o Londres, e incluso en tierras de sus homólogos italianos de la zona norte de Italia. Sin embargo, su ambiente tiene una atmósfera muy particular, especial y quizá única. Roma es a la vez una ciudad monumental y un lugar que invita bastante a la relajación. Cuenta con un centro que aún no ha sido invadido por cadenas de almacenes y por grandes hoteles multinacionales, y por el que podremos pasear tranquilamente, tomar un excelente café y probar algún tiramisú en alguna terraza de la Plaza Gabona, acompañados por las canciones en directo de los músicos callejeros que se suelen acercar con cierta frecuencia para deleitar a los turistas y viajeros que visitan la impresionante ciudad imperial de Roma.

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