La cultura tailandesa por excelencia ha cultivado las formas de aliviar los males que aquejan al ser humano. Mediante la técnica de masaje tailandés, se puede liberar la energía acumulada, distribuyéndola en todo el cuerpo.
Una sesión diferente
A diferencia de otros tratamientos, el masaje tailandés se practica sin la aplicación de aceites en el cuerpo. Basta con vestir una ropa cómoda para recibir los masajes. Estos se realizan sobre una ligera colchoneta en el piso.
El masaje consiste en una serie de estiramientos, compresión de músculos, afirmamiento de la estructura ósea y digito-puntura. Mientras más relajado esté el paciente y más profunda sea su respiración, más beneficioso será el tratamiento.
Quien realiza el masaje usará muchas partes de su cuerpo como codos, palmas, pulgares, antebrazo, rodillas, pies, etc. Durante el tratamiento se creará una secuencia armónica en la que el cuerpo del paciente recibirá un profundo relajamiento y tonificación interna, equilibrando su energía.
Un arte y profesión
Tailandia, es una nación que cuida que su cultura se conserve y se trasmita de la manera adecuada, respetando las raíces de su esencia ancestral. El masaje tailandés en considerada una práctica médica y es enseñada en diversos centros de estudios como la Watpo. Una persona con los credenciales de estudios afines al masaje tailandés es garantía de un tratamiento seguro y con los mejores resultados.
Los cuatro elementos fundamentales del cuerpo representados por la tierra (huesos, músculos, tendones,…), el agua (sangre y fluidos corporales), el fuego (digestión y metabolismo) y el aire (respiración y circulación) serán puesto en balance con las técnicas de un masaje tailandés.
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